Todo el mundo habla de la Industria 4.0, pero ¿qué es?
¿Qué es la industria 4.0?
La industria 4.0 es un nuevo modelo de organización de la producción. Hasta ahora el control de la información se estructuraba por capas escasamente conectadas entre sí. La capa base eran las máquinas o procesos. Luego, los sensores o aparatos de metrología. Después, los autómatas programables. A continuación, un sistema SCADA… Y, al final de la pirámide, estaba el software ERP.
En este escenario no es fácil vincular las informaciones de los distintos elementos. Puede haber intercambios de archivos mediante importaciones y exportaciones, pero de forma puntual. Además, no se dispone de una herramienta informática capaz de gestionar toda esta información, la cual segmente o filtre por cualquier criterio.
Imaginemos que nuestro cliente nos devuelve una partida de nuestras referencias por alguna no conformidad. Una cosa es saber el motivo del rechazo y la otra es su origen. A veces no es tan evidente y tendríamos que poner encima de la mesa todos los datos de su historial de fabricación, desde las primeras fases. Y aquí es donde necesitamos disponer de información exhaustiva y una herramienta potente para gestionarla.
El internet de las cosas: la cuarta revolución industrial
La industria 4.0 se basa en el internet de las cosas (IoT, por las siglas en inglés de Internet of Things). El IoT significa que cada pequeño elemento de la producción tiene una identidad propia, subministrando datos de forma continuada.
Aunque puede parecer simplemente una evolución más, muchos expertos lo llaman la Cuarta Revolución Industrial. Después de la tercera, que fue la automatización en el siglo XX, ahora se trata de que las máquinas o procesos se comuniquen entre sí, disponiendo de todo detalle de la información.
Big Data: información en masa
En este escenario, todos los elementos importantes de la producción generan continuamente información. Ya podemos suponer que la información obtenida es ingente, lo cual nos enlaza con el Big Data.
Big Data es el concepto de disponer de una cantidad masiva de información, que no podemos trabajar con los medios informáticos habituales. Se necesitan herramientas especiales para permitir segmentar por cualquier concepto, o buscar por casuísticas y que aparezca un patrón de comportamiento.
La industria 4.0, por lo tanto, nos aporta todo tipo de información, con la finalidad de optimizar los sistemas y procedimientos. No sólo estudiando los datos por capas, sino de forma global. Por ejemplo, se pueden detectar unas incidencias en el montaje final de un producto, y averiguar que es por culpa de unas primeras fases de fabricación. Por lo tanto, cuando el IoT detecta esta información en las operaciones iniciales, ya nos avisa para no continuar y evitar al final el problema.